Las vacunas son una de las intervenciones médicas que más vidas han salvado en la historia. Desde que Edward Jenner realizó su primera inoculación en 1796 hasta el desarrollo de las vacunas de ARN mensajero contra el COVID-19 en el siglo XXI, la historia de las vacunas es la historia de la humanidad enfrentando sus miedos y superando los límites de la ciencia.
Mucho antes de Jenner, civilizaciones de Asia y África ya practicaban una forma primitiva de inmunización llamada variolización, que consistía en introducir material de una persona enferma de viruela leve en otra sana. Aunque era arriesgado, reducía la mortalidad y preparó el terreno para la vacunación moderna.
En 1796, Jenner descubrió que las personas que habían contraído la viruela quedaban protegidas de la viruela humana. Su experimento con el niño James Phipps marco el inicio de una nueva era: la vacunación científica.
En el siglo XIX, el francés Louis Pasteur amplio el concepto de vacuna y demostró que podía aplicarse a otras enfermedades. Desarrollo las vacunas contra la rabia, el ántrax y el cólera, y sentó las bases de la microbiología moderna. La palabra vacuna se consolido en honor al trabajo de Jenner.
Durante este siglo, la vacunación comenzó a institucionalizarse: los gobiernos empezaron a organizar campas y a exigir la inmunización en ciertos grupos, especialmente militares y escolares.
En el siglo XX fue el gran siglo de las vacunas. Se desarrollaron las de difteria, tétanos, tos ferina, poliomielitis, sarampión, paperas, rubéola, hepatitis y muchas más.
Las campañas masivas de vacunación permitieron logros históricos: la erradicación de la viruela en 1980, declarada oficialmente por la OMS, y la reducción drástica de enfermedades antes comunes. La vacunaión se convirtió en símbolo del progreso sanitario y en un derecho básico de la población.
La llegada de la pandemia de COVID-19 en 2020 marcó un antes y un después. En tiempo exordio, científicos de todo el mundo desarrollaron vacunas basadas en ARN mensajero (ARNm), una tecnología une permite enseñar al sistema inmunitario a reconocer el virus sin usar el patógeno completo.
Este avance abre la puerta a un futuro en el que podíamos tener vacunas contra enfermedades complejas como el VIH, la malaria e incluso algunos tipos de cáncer.
Sin embargo, la desinformación y los movimientos antivacunas representan un desafío creciente. A pesar de los avances, millones de personas aun desconfían o no tienen acceso a la vacunación.
Desde las rústicas jeringas de Jenner hasta las nanopartículas de ARNm, la historia de las vacunas eleva la evolución del conocimiento humano, pero también su compromiso ético con la vida.
Cada vacuna es el resultado de siglos de observación, experimentación y cooperación. Y aunque los virus cambien y surja nuevos retos, el principio sigue siendo el mismo: proteger a la humanidad a través de la ciencia y solidaridad.



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