Anteriormente describimos qué es una vacuna y mencionamos algunas de las muchas enfermedades frente a las que nos protegen. Pero,… ¿sabemos realmente de qué están compuestas? ¿Cómo obtenemos inmunidad y protección frente a un patógeno?
En esta ocasión, exploraremos el caso de la vacuna toxoide a través del ejemplo de la difteria.
La difteria fue descrita por Hipócrates alrededor del año 500 a. C. Su nombre proviene del griego diphthera, que significa “membrana”, en referencia a una de sus manifestaciones más graves: la formación de pseudomembranas en la garganta que pueden obstruir las vías respiratorias.
El agente causante, Corynebacterium diphtheriae, es una bacteria que produce una toxina capaz de inducir necrosis celular, es decir, la muerte de las células en la zona infectada.
Tras un período de incubación de uno a seis días, suelen aparecer fiebre, dolor de garganta e inflamación de los ganglios del cuello. En los casos graves, las pseudomembranas se forman en la nasofaringe, orofaringe, amígdalas, laringe y tráquea, dificultando la respiración y poniendo en riesgo la vida del paciente. Además, la toxina puede alcanzar otros órganos, como el corazón, el sistema nervioso o los riñones, produciendo fallo cardíaco, parálisis o insuficiencia renal, respectivamente.

A finales del siglo XIX, la humanidad comenzaba a comprender cómo funcionaba la inmunidad. En 1890, Emil von Behring, conocido como “el salvador de soldados y niños”, junto con el bacteriólogo japonés Shibasaburo Kitasato, descubrieron que, al inyectar el suero de un animal inmunizado a otro individuo, este adquiría protección frente a la enfermedad.
Un año más tarde, Behring logró salvar la vida de una niña mediante la aplicación de suero antidiftérico, marcando un antes y un después en la historia de la medicina. Muy pronto, este suero comenzó a fabricarse de forma masiva, salvando miles de vidas en todo el mundo.
En 1913, introdujo un sistema de inoculación preventiva basado en este principio, que permitió inmunizar a los niños contra la difteria.
Behring postuló que ciertas sustancias presentes en el suero, a las que denominó antitoxinas, eran capaces de neutralizar las toxinas producidas por las bacterias. De esta forma, demostró que la resistencia frente a enfermedades como el tétanos y la difteria no residía en las células del cuerpo, sino en los componentes solubles del suero sanguíneo.
Por su trabajo pionero, en 1901 fue galardonado con el primer Premio Nobel de Fisiología y Medicina.
La vacuna contra la difteria se obtiene mediante el cultivo de la bacteria Corynebacterium diphtheriae en un medio líquido que favorece la producción de su exotoxina diftérica.
Una vez producida, esta toxina se recupera por filtración y se inactiva con formaldehído, transformándola en un toxoide: una versión no tóxica pero inmunológicamente activa de la molécula original.
El toxoide diftérico se adsorbe en sales de aluminio, que actúan como adyuvante para potenciar la respuesta inmunitaria, y se conserva con tiomersal, un compuesto que mantiene la estabilidad y esterilidad del preparado.
En la práctica, la vacuna contra la difteria se administra generalmente en formulaciones combinadas, lo que permite inmunizar contra varias enfermedades en una sola aplicación. Las presentaciones más habituales son:
- Bivalente (DT o Td): protege frente a difteria y tétanos
- Trivalente (DPT o dTp): protege frente difteria, tétanos y pertussis (tos ferina)
También existen formas monovalentes y otras vacunas combinadas que incluyen el toxoide diftérico junto a antígenos de distintas enfermedades, según los programas de vacunación.
La vacuna toxoide contra la difteria representa un hito en la historia de la inmunología y la salud pública. Su desarrollo demostró que es posible obtener inmunidad segura frente a toxinas bacterianas mediante su inactivación controlada.
En la actualidad, la vacunación sistemática continúa siendo la herramienta más eficaz para prevenir enfermedades infecciosas y preservar la salud colectiva.
Para leer más…
- Gaceta UNAM. Emil Adolf von Behring en el Olimpo de los dioses científicos. Ciudad de México: UNAM. Disponible en: https://www.gaceta.unam.mx/emil-adolf-von-behring-en-el-olimpo-de-los-dioses-cientificos/
- Vanity Fair España. El descubridor de la vacuna del tétanos y la difteria – Emil von Behring. Madrid: Vanity Fair. Disponible en: https://www.revistavanityfair.es/poder/articulos/descubridor-vacuna-tetanos-difteria-emil-von-behring/44207
- MSD Manuales. Vacuna contra la difteria, tétanos y tosferina (DTP). [s.l.]: MSD. Disponible en: https://www.msdmanuals.com/es/professional/enfermedades-infecciosas/vacunaci%C3%B3n/vacuna-contra-difteria-t%C3%A9tanos-pertussis
- Wikipedia. Vacuna DPT. [s.l.]: Wikipedia. Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Vacuna_DPT#:~:text=de%20la%20difteria.-,Composici%C3%B3n%20y%20presentaci%C3%B3n%20de%20la%20vacuna%20contra%20la%20difteria,aluminio%20y%20conservado%20con%20tiomersal.&text=Existen%20formas%20monovalentes%20y%20la,pertussis.



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