Santiago Ramón y Cajal fue un médico conocido por sus aportes en el campo de la neurohistología que nació el 1 de mayo de 1852 en Aragón, donde vivió su infancia entre continuos cambios de residencia por distintas poblaciones aragonesas. Adoptó la profesión de su padre, que era médico cirujano. Santiago Ramón y Cajal se licenció en Medicina en junio de 1873, a sus veintiún años. Cumplió su servicio militar como médico en la guerra de Cuba, regresando a España en 1875, cuando comenzó su vocación científica. Fue en 1888 cuando descubrió los mecanismos que gobiernan la morfología y los procesos conectivos de las células nerviosas de la materia gris del sistema nervioso. Recibió el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1906 y es considerado el padre de la neurociencia moderna.

Cajal participó en la demostración de la posibilidad de vacunar eficazmente a la población durante la epidemia de cólera en Valencia. Esta epidemia extendida en gran parte de España en 1885, motivó al bacteriólogo Jaime Ferrán, a inmunizar a la población con la inyección subcutánea de vibriones coléricos vivos. La epidemia llegó a Aragón, haciendo que Cajal pasara todo el verano de 1885 estudiando la enfermedad, comprobando que, tras repetidas inyecciones subcutáneas de cultivos vivos en los cobayas, solo se obtenía cierta resistencia ante nuevas inoculaciones cada vez más ricas en gérmenes, pero solo en el lugar de las inyecciones, ya que en estos animales no se producía una infección intestinal similar a la que padecen los humanos. Estas observaciones le llevaron a la conclusión de que la vacuna propugnada por Ferrán era de poca eficacia.

Con todas estas experiencias, Cajal redactó una memoria titulada Estudios sobre el microbio vírgula del cólera y las inoculaciones profilácticas, donde confirmaba que la epidemia se debía al vibrión colérico, aportando nuevos métodos para cultivar el germen y describiendo formas regresivas y degeneradas del bacilo. Su principal aportación en este estudio fue el demostrar la posibilidad de vacunar eficazmente empleando inoculaciones hipodérmicas de cultivos del vibrión de cólera muertos por el calor. De esta forma, Cajal introducía por vez primera en la historia de la Medicina, el concepto de vacuna química al no emplear gérmenes vivos. Esto actualmente se conoce como vacunas muertas o inactivadas. Como sus trabajos de 1885 no fueron publicados más allá del ámbito nacional, dos científicos estadounidenses son reconocidos mundialmente como precursores de la vacunación con microorganismos inactivados gracias a un trabajo publicado un año después que los trabajos de Cajal.



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